-¿y por que regresas tan contento?- pregunto el bigoton Matero.
-nada del otro mundo, causita-le respondi, caminando con las patas recien limpiadas -rapidamente, lo habia hecho por el ruido que habia escuchado-.
-ese llega algo nervioso por algo-dijo Turbino, la rata que nunca se mostraba.
Turbino hablaba de esa manera por razones oscurisimas. Criaturas decian que era porque el bruto se habia quemado con una sarten lanzada con fuerza, Otras se dedicaban a darle aires mas misticos diciendo que era el resultado de una lucha cara a cara con un pelado. Muchos no creian lo de la lucha con los pelados pues solo se escuchaban matanzas con escobas, con zapatos, con ollas calientes que usaban ellos. Los hermanos delincuentes hablaban de sus venganzas con las crias peladas, mas no con los grandes -esos que gritaban de todo cuando nos veian, a nosostros con hambre-.
-¿y no responde?-dijo Matero, moviendo sus bigotes, cuando hacia esto uno pensaba que estaba incomodo.
-que puedo decir -dije, mirando una pata con algo del delito-. habia un pedazo de carne grande, estaba buenazo.
-y no pensaste en la gente, aqui estamos flacos desde que cambiaron de lugar la bolsasa- dijo Turbino-. pasamos por debajo de los muros moblibes mas facil que nunca, no es de estar orgulloso, tio.
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