Me siento como el cuervo plutonio
De las noches cuando estoy –a veces-
Enlutado en mis cenizas y en los recuerdos
De los días pasados.
Los escritos que escruto hoy en día
Se dividen entre su naturaleza
De tiempo y su futuro acerca de verdades
Negras y carmesíes.
Adema de esto llevo en mí
Espina, con un aire menos
Pesado por decirse, el júbilo
Mental de la presencia de la dama de España.
Futuro mió, dame una señal concreta
De las naciones que debo gobernar,
Del tiempo que debo saber vivir.
Y es que mas que mi mundo
El mundo es de lo que viven respirando
Y desenterrándose por que así lo desean.
Porque quieren nacer para vivir como
En una fila india, quemada. Tiempo
Diseminado de mis escritos, busca
Una verdad más allá de las reflexiones secas,
Busca el aire de las nubes nacientes,
Del oro carnal, de las cacatúas multicolores
En las sombras que esperan verse.
Me siento por el mismo efecto
Del papel como un halcón que
Surca el cielo desde el sol hasta
Las calles estrelladas, y los pies
Caídos, y los tachos llenos de
Personas hambrientas.
Y en eso pienso nuevamente en la presencia
Amical de la señorita de España, que no esta
En España, que esta en España, que conocí
Por medios diacrónicos.
Las experiencias diarias nos regalan
Manías que debemos atorar en nuestras
Cabezas sin querer hacerlo, las personas
Nos ordenan con los dientes, pero en lo tórrido
De la sangre se nos enciende la locomoción
Saturnal y viperina.
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