lunes, 8 de marzo de 2010

El rugir de las calles




Su cara toda bañada en betun, en aires de carros y llantas, gritaba sorpresa, electricidad que saila energicamente de su espina, de su reflejo ante las calles. Tenia golpes repartidos copiosamente por: su brazo, su cara tostada llena de lagrimas secas, su cabello alizado que se paraba cuando se peinaba. Estaba ahi, sentado, mirando las calles como esperando ver un ser fantastico emerger de la pista, que solo se repetia a si misma, que emitia los sonidos enardecidos.

-oye conchatumadre, sal de aqui, que esta es mi zona, mierda -bramo una cara que lo jalaba del cuello. Era un chico de dos o tres años mas avanzados, que tenia lagrimas mas secas y surcadas en su rostro, tenia mas horas fuera -definitivamente mas tiempo-. Sus brazos eran rojos de los golpes que habia propagado a tanto ser que se hubiera asomado a su cara, a reirse, a hablarle. Sus ojos gritaban recuerdos de golpes, de violaciones, de inhalaciones de terocal.

Leonardo salto dos pisadas hacia atras mirandolo, mientras no olvidaba lo anterior, lo que habia pasado tan solo hace unos minutos.

Rapidamente dos chicos mas se abrieron paso entre los carros, tenian ropas teñidas de hollin, de restos de tierra. Sus rostros parecian atardecer de un origen parecido al amenazante frenta a el. Uno tocaba los techos de los autos, como buscando una musicalidad en su golpear; Otro miraba a todos lados con los ojos enrojecidos, con la cara llena de violencia.

-que pasa chuca, quien ese ese huevon- gruño el de gorra, el que golpeaba los autos acercandose a la cara respirante frente a Leonardo.

-un conchasumadre que ya se esta llendo-respondio tirandolo del polo, rasgandole la ropa rasgada.

-derrepente lo mando el mierda del Coco, para jodernos otra vez, esa mierda nos quiere botar y botar, el pendejo- resolvio el tercero, mirando a los otros dos, sonandose la nariz mientras hablaba. Llevaba una bolsa que carecia de la transpariencia habitual de las bolsas.


* * *



-comprame una pilsen, una comprame, leo- gritaba su papa

El viejo de cabellos enloquecidos estaba tumbado en el sofa descocido, gritando alaridos que en ocasiones se transformaban en palabras. Su boca adormecida, su pantalon jean manchado con aceite, su cabeza rebelde, adormecida, junta a la barba cochina de tallarines se alojaban junto con el en la esquina de la penumbra que se armaba en la pequeña casa.

-hijo, hijo dame pues carajo- gritaba como ultima voluntad, como firma.

-papa, estaba durmiendo pues- respondio Leonardo.

-hijo, cumple con tu papa pues, comprame una cerveza, una pilsen, una brahma, la misma huevada es...- hablo perdiendo sonido con cada palabra.Eructo dos o tres veces.

A lo que hablaba, Leonardo envuelto en ropas de diario, en ocasionales ropas de dormir, buscaba entre los cachibaches monedas para cumplir con lo que le decian.

-Mama, ¿donde estan los soles que estaban por aca?

El sonido era devuelto por eructos y adormiladas palabras del borracho.

-mama-intento nuevamente el menor.

-tu mama- mastico, para perderse otra vez.

La busqueda de sonido, de respuesta afirmativa no hallo lugar en su casa. Leonardo salio, salto por el techo de calamina. Buscaba. Preguntaba -por donde estaba siempre- a su mama a doña Carmen. Miro desde el techo el conjunto de basura del vecino, amotinada en formas innenarrables, compuestas de colores de leches, de eces, de basuras negras. Entro empujando la puerta de sonidos extraños -acostumbrado a su chillante cerradura- para encontrar a su padre parado, mirandolo fijamente, babeando ycon los ojos humectados. Mirandolo, devolviendo esa mirada perdida y visca, recordo el dia anterior. la fiesta vagamente improvisada de su mama, la fiesta de cumpleaños que pasaron juntos, el aspiraba nuevos juegetes nuevos sueños, ella aspiraba gritarle a su esposo, golpearlo por su ausencia, por sus borracheras.

-la agarre porque me gritaba-grito con todo el viejo, llorando, emitiendo sonidos abusivos-.Me gritaba desde que estabamos juntos.

Leonardo, mirandolo con susto, parecio entender las palabras de su papa. pensaba en la pelea que escucho ayer, pensaba en los golpes que oyo mientras se tapaba lo oidos. pensaba en que, no entendia el sollozo traumatico de su padre.

Raudamente el borracho se tiro al piso y vomito. Leonardo lo alzo consolandolo, tratando entender lo que decia, limpiandolo.

-la agarre porque me molestaba, puta madre- sollozo nuevamente-. yo que mierda iba a saber que me pondria cagado, que le alzaria asi la mano.

Su grito se volvia cada vez mas fuerte. A medida que Leonardo iba enclareciendo lo que decia el viejo, se iba apartando. lo miraba con miedo, con susto de perro, con ojos perdidos que formaban lagrimas.

-donde esta mi mama.

-yo, yo no queria, carajo- respondia aullando.

-don... donde esta mi mama, mierda, conchatumadre- respondio, tomando al viejo del polo.

-dame una cerveza-alcanzo el viejo adormilado, interrumpido por una rafaga que le volo un diente.
Imaginaba el rostro de su madre muerta. Corria, alejaba la estera de la casa, con el viejo gritando.


* * *


-lo mejor es que le demos de a hijo, para que el conchasumadre de Coco no venga a joder-alcanzo a decir el vandalo, el que respiraba cual lider.

Leonardo miraba la pista, las calles, la gente en sus carros, esperando que venga un ser fantastico.



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